Una historia sin final..

Emisarios del Corinthians tenían los boletos para subir al avión de TAM y llegar a la Argentina para negociar el pase de Juan Román Riquelme, en el que supuestamente sólo había diferencias de forma (un año de contrato y no cuatro, por ejemplo). Lo cierto es que los dirigentes brasileños no tomaron el vuelo y hoy la prensa de su país refleja el enojo de algunos de ellos.

La información publicada día tras día tanto en la prensa argentina como en la brasileña colmó los ánimos de ambas partes, aunque si en La Boca lo asumen hasta como algo normal, sus pares del Timao están más nerviosos.
"No quiero que sepas qué estoy haciendo. No quiero tener un periodista en la puerta cuando salgo", fue la queja de Luis Paulo Rosenberg, uno de los encomendados del Corinthians a un periodista del diario Lance!.

Enseguida comparó el caso JR con el de negociaciones previas a otros traspasos de peso: "En las negociaciones con (Matías) Defederico no se filtró nada, con Ronaldo negociamos cuatro meses y nadie sabía nada".

"Así no se negocia. Ustedes los periodistas quieren saber hasta qué avión voy a tomar. Se está negociando, pero se vuelve más complicado si se pierde el grado de libertad", agregó el directivo.

Así las cosas, las negociaciones se encuentran en su punto más frío, sobre todo desde que ayer los dirigentes de Boca "le pasaron la pelota" al enganche. Reiteraron que sólo si él estaba dispuesto a irse se iban a sentar a charlar con sus pares brasileños, que se lo quieren llevar por cuatro años. Desde el entorno de Román trascendió que sólo firmaría por un año y devolvieron la pared: todo depende del club. Frío, frío…